La principal barrera para encontrar tu Ikigai: el estrés.

¿Has sentido que el estrés o la ansiedad te invadía en las últimas semanas?

Déjame decirte que es una reacción normal ante el contexto de incertidumbre e inmediatez en el que nos encontramos. El miedo al futuro y al “qué pasará”, nos genera una tensión interna demasiado fuerte, difícil de sostener en el tiempo, que nos trae malestar y puede acarrear problemas de salud física y emocional.

Es un hecho que hoy día, tanto la búsqueda de trabajo, como poner foco en tu proyecto laboral sin que el estrés o la ansiedad se apodere de ti, se vuelve un auténtico reto.

La ansiedad aparece cuando estando “aquí”, quieres estar “allá” y llevas mucho tiempo sosteniendo este estrés. Eckhart Tolle lo explica muy bien en su libro El Poder del Ahora:

“Cuando te haces amigo del momento presente, te sientes como en casa donde quiera que estés. Si no te sientes cómodo en el ahora, te sentirás incomodo donde quiera que vayas.”

Afortunadamente cada vez cobra mayor importancia el bienestar emocional en el contexto profesional y empresas como Google, HBO, Apple o Nike apuestan por la práctica de meditación en el contexto profesional.

La meditación es una herramienta milenaria originaria de Oriente, que nos permite desconectar del mundo para conectar con nosotros mismos. Algo profundamente necesario en la nueva era de la digitalización en la que vivimos, donde tenemos que procesar millones de inputs por segundo y se vuelve imprescindible frenar y humanizarnos, para no saturar nuestro cerebro.

Igual que dedicas más de 8 horas al día a tu trabajo. Tu cuerpo, tu mente y tu corazón necesitan unos minutos de atención.

Por este motivo, te propongo empezar ¡AHORA! Dedicándote 10 minutos a meditar:

Aquí mismo, sí, sentad@ donde estás. Pon tu espalda recta, despereza tu cuello y cierra los ojos. El gesto de cerrar los ojos nos permite poner el foco en el interior para conectar con uno mism@. Empieza respirando diafragmáticamente y céntrate en tu respiración, como entra y sale el aire por tu nariz. Si vienen pensamientos o emociones, los observas y los dejas pasar y vuelves a ti. No creas que no sabes meditar o lo estás haciendo mal, no hay expectativa, suceda lo que suceda está bien. No tienes que hacer nada, solo observar y estar presente “aquí y ahora”, el único instante que existe. Y cuando quieras, haces tres respiraciones profundas y a tu ritmo; vuelves abriendo los ojos.

Meditar es volver a casa, experimentar una sensación de coherencia y sentido donde descubres la grandeza que reside en ti.

Este pequeño espacio que te has regalado te permite bajar la frecuencia neuronal, serenar la mente y mitiga el estrés. Y es por eso que si haces de la meditación un habito en tu vida, empezarás a ver el impacto positivo que tiene. Entenderás mejor tus emociones, potenciarás la atención, la memoria y la productividad. Tendrás un mayor foco para tus objetivos, disminuirá la ansiedad, mejorarás la calidad del sueño, abrirás un espacio para desarrollar tu creatividad e instaurarás en ti una sensación de plenitud, bienestar y paz.

Tienes que encontrar el momento idóneo, por ejemplo al levantarte o acostarte, y un espacio confortable para hacerlo. Puedes empezar con unos pocos minutos y luego ir ampliando hasta que forme parte de tu día a día. Luego ver qué técnica se adecua mejor a ti. Puedes meditar mirando la luz de una vela, practicando mindfulness, con música relajante, repitiendo una afirmación, haciendo ejercicios de respiración, etc.

Mindfulness y meditación

Aún si te parecía que la meditación era una práctica mística, ya ves que sus efectos son de lo más terrenales.

Mi experiencia de 10 años como mentora de meditación acompañando individualmente, a PYMES y a grandes corporaciones me ha demostrado el increíble potencial que despierta en las personas, ayudándoles a encontrar su ikigai (sentido en la vida) y mejorando consecuentemente el clima, la cultura y los resultados de la compañía.

Verás como el desarrollo de la inteligencia emocional y la consciencia serán muy transformadoras y catapultarán tu desarrollo profesional 🚀.

Te deseo lo mejor en tu ruta laboral y estaré encantada de acompañarte en el camino del crecimiento personal y la meditación, si así lo sientes.